Capítulo 15
MiENTRAS
descendían por el serpenteante camino de la montaña, a última hora de
la
tarde, los pensamientos de _____ giraban y se enredaban uno en otro. Cuando Joe
se
había enfrentado a ella esa mañana, se había sentido segura de que él lo sabía
todo.
De hecho, él sólo había adivinado lo más evidente: que la casa de la montaña
pertenecía
a su familia. Todavía no se le había ocurrido que ella podía ser la hija de su
jefe.
_____
sabía que era su obligación decírselo. Pensaba cumplir su promesa de
presentarle
a sus
padres cuando volvieran del crucero. Pero en algún momento, antes de eso,
tendría
que decirle la verdad sobre su padre.
Mientras
tanto, hablaría con Danny sobre las condiciones en el trabajo, y tal vez todo
ese
problema se resolviera antes de lanzarse a la turbulencia de reunir a Joe y a
sus
padres.
Oró pidiendo que Joe la amara tanto como parecía hacerlo, y que su amor
resistiera
todos los embates durante los difíciles días que les esperaban.
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Se
sentía animada porque él planeaba empezar a escribir su libro inmediatamente.
Durante
el almuerzo le había explicado su idea de escribir todas las noches y ella le
había
brindado su entusiasta apoyo y le había ofrecido su ayuda para corregir y
editar.
Reiteró
su fe en la capacidad de él y había visto con placer cómo su confianza en sí
mismo
aumentaba con la alabanza de ella. Todo tendría que, salir bien para los dos,
pensó
_____, mientras Joe guiaba el Corvette en el descenso de la montaña. Como
él
mismo había dicho, eran muy buenos uno para el otro.
Compraron
una buena cantidad de pollo frito, en el camino hacia el apartamento de
Joe y
lo comieron mientras, por fin, veían juntos una puesta de sol. Luego _____ se
fue.
Le había explicado antes que tenía que pasar por casa de su hermano. Joe
comento
que ése era otro familiar que él debía conocer y ella le dijo que lo conocería,
una
vez que se hubieran enfrentado a sus padres.
A las
ocho y media _____ estaba tocando el melodioso timbre, equipado con sonido
de la
Abadía de Westminster, en la puerta de su hermano y su cuñada. Danny y
Gwen
poseían una casa tan elegante como la de sus padres, pero parecía más
espectacular
porque tenía dos pisos, en lugar de uno. En el área de suaves colinas
en la
que ellos vivían, las casas de muchos pisos eran la excepción más que la regla,
pero _____
no se había sentido sorprendida de la elección de Gwen y Danny. Ambos
parecían
ansiosos impresionar al mundo.
Jeremy
abrió la puerta.
-Es
tía _____ -gritó por encima del hombro.
-Hola,
Jeremy -dijo ella, aunque el niño no la había saludado, exactamente-.
¿Cómo
estás?
-Bien.
Desde
arriba, Gwen gritó:
-¡Haz
pasar a tu tía, caramba, Jeremy!
El
niño abrió totalmente la puerta y retrocedió.
-Pensé
que ya estarías acostado a estas horas -dijo _____ a Jeremy, cuando
entró
en el vestíbulo tenuamente iluminado. Del piso de arriba llegaban agudos
lloriqueos,
que suponía eran producidos por Lynette.
-No
-contestó Jeremy-. Yo y Lynette estábamos jugando, pero ella empezó a
romper
algo y se cortó un dedo.
-Oh,
espero que no sea nada serio.
_____
no pudo menos que pensar que Lynette probablemente había estado
rompiendo
uno de los muchos juguetes que _____ le había regalado. Nada permanecía
entero
por mucho tiempo, en las manos de esos dos niños.
-No,
fue sólo un rasguño -dijo Jeremy-. Pero es una llorona.
_____
miró hacia la sala.
-Vine
a ver a tu papá -manifestó, volviéndose hacia Jeremy, pero éste ya había
desaparecido.
Subió corriendo la escalera hacia el escándalo producido por su hermana.
_____
se encogió de hombros y decidió buscar ella misma a Danny. Se dirigió a la sala
y
dijo
su nombre en voz alta.
Como
de costumbre, a menos que la doncella acabara de limpiar, la habitación
parecía
haber sido ocupada por vándalos. Pedazos de juguetes y secciones del
periódico
dominical se encontraban esparcidos por toda la habitación, junto con un par
de
trajes de baño húmedos, que estaban mojando la espesa alfombra gris.
Como
no hubo respuesta a su llamada, _____ cruzó la cocina, que se hallaba en un
similar
estado de desorden, y miró a través de las puertas corredizas de cristal, hacia
el
patio.
La oscuridad creciente había activado las luces de la piscina y el jardín. El
resplandor
procedente
de la piscina iluminó a Danny, en traje de baño, que se encontraba de
rodillas
junto al borde, tratando de sacar algún objeto que se había atascado allí.
_____
salió al patio y él levantó la mirada hacia ella, al ver que se acercaba.
-¿Problemas?
-preguntó ella.
-Jeremy
metió el salvavidas redondo de Lynette aquí -dijo Danny, volviendo a
su
tarea-. Es su favorito, así que estoy tratando de sacarlo sin romperlo.
-Buena
suerte.
-Sí.
Así que, ¿qué tal te fue en tu fin de semana las montañas? -preguntó sin
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levantar
la mirada.
Por
su tono comprendió que había adivinado a quién había llevado allí.
-Danny,
necesito hablar contigo. Es importante.
-Mira,
si es sobre tú y Tucker, no quiero saber nada, ¿te parece? Sabes bien
que
mamá y papá se pondrán furiosos y no quiero que se enfaden conmigo también. Ya
estoy
corriendo ese riesgo con lo que me has dicho.
-No
es eso. Esto es más importante, Danny. ¿No puedes dejar eso por un
momento?
-Casi
lo tengo... ¡demonios! Tendré que ponerle parche -Danny levantó un salvavidas
desinflado,
con unicornios azules y dorados estampados en él y un gran desgarrón a
un
lado.
-¡Danny,
por favor, escúchame!
-¿Qué?
-él levantó la mirada- ¿Por qué vienes furiosa, hermanita?
-Deja
ya eso y ven aquí -dijo, sorprendida de con qué facilidad había dado la
orden.
Se dirigió a un grupo de sillas de jardín y quitó una toalla mojada para poder
sentarse.
.Danny,
con expresión sorprendida, siguió su ejemplo y se sentó en una silla
cercana
a la de ella.
-Muy
bien, ¿qué sucede?
-Tienes
que hacer algo para mejorar la seguridad en la construcción.
Él
retrocedió, como si ella lo hubiera abofeteado.
-¿Y
qué sabes tú de esas cosas, maestrita?
-Sé
lo suficiente. Sé el peligro que significan los cables tan frágiles que podrían
romperse
en cualquier momento y aplastar a alguien bajo una carga de hierro. Sé
que
debían proporcionarse gafas de seguridad a todos los hombres y que debían
ponerse
tablones a modo de suelos cada tres pisos, así como barandales de
protección.
No estás proporcionando ninguna de esas cosas.
-Te
lo dijo Tucker, ¿verdad? -gruñó Danny-. Te ha llenado la cabeza de
mentiras,
inventadas por todos esos gallinas.
-No
creo que sean mentiras, Danny.
-Ah,
no lo crees, ¿eh? Entonces deberías arriesgar tu lindo pellejo y subir allí
para
comprobarlo,
¿no crees?
-No
tengo que hacerlo. Joe ha estado llevando notas durante dos años, de
todos
los trabajos que realiza. Leí esas notas ayer y cuando llegué a la parte que
corresponde
a esta obra, tuve ganas de vomitar.
-Sí,
y apuesto a que Tucker te suplicó que leyeras esa basura, sobre todo después de
que
debe haber pasado muchas noches despierto, inventándola. Sabe quién eres,
apuesto
cualquier cosa.
-No,
no lo sabe, y sus notas son reales -dijo _____, cuya furia crecía en
proporción
a las negativas de Danny de los hechos-. Y fui yo quien le pedí que me
dejara
leerlas, no él quien quiso que lo hiciera. No tenía idea de lo que iba a
encontrar.
-No
tienes idea de lo que estás hablando, punto.
-Sí,
la tengo muy clara. Y quiero que se cambien todas las cosas que he
mencionado.
-Oh,
así que eso es lo que quieres, ¿eh? ¿Y qué si me niego a seguir las órdenes de
una
quisquillosa maestrita de escuela? ¿Qué harías entonces? ¿Acusarme a tu
novio?
-No -_____
se agarró con fuerza a los brazos de la silla-. Llamaré a papá.
-Pareces
olvidar que está fuera del país.
-Los
barcos que hacen esos cruceros tienen teléfono a bordo, Danny. Lo llamaré.
-Él
me apoyaría a mí -le aseguró Danny en tono beligerante-. Sabe que esos
tipos
son una manada de cobardes que no pueden...
-¡Danny,
basta ya! O esas violaciones a la normativa son corregidas la próxima
semana,
o llamaré a papá, le diré que vuelva a casa y que se encargue él mismo de
solucionar
el problema.
Danny
se quedó mirándola fijamente durante un minuto. Su rostro estaba en la
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sombra
y ella no podía interpretar muy bien su expresión. Por fin él se movió en la
silla y
miró
hacia otro lado.
-Ya
que hablamos de chantaje, ¿qué tal si decidiera decir a tu novio quién eres?
_____
se estremeció. Ella había pensado en eso, desde luego. El mostrarse tan
dura
con Danny significaba que él tenia todo el derecho del mundo a hacer lo mismo
con
ella. Tragó saliva.
-Ése
es un riesgo que tengo que correr. Pero no voy a anteponer mis intereses
personales
a la seguridad de esos hombres -miró a su hermano y se preguntó en
qué
clase de hombre se había convertido en los últimos años-. Danny, por Dios,
¿cómo
puedes arriesga de ese modo la vida de otras personas?
La
mirada de él tembló al encontrarse con la suya. no tienes idea de lo que se
necesita
para una compañía como ésta, en estos tiempos
-dijo
con amargura-. Tú has tenido todo en bandeja de plata,
-Tu
no tienes idea de lo que se necesita para dirigir una compañía como ésta, en
estos
tempos
–dijo con amargura-. Tu has tenido todo en bandeja de plata, y ahora, instalada
en tu
cómodo trabajo en la universidad, piensas que lo sabes todo sobre nuestro
trabajo.
¡Todo
este maldito trabajo es un riesgo!
-Lo
sé, pero tú tienes la responsabilidad de reducir al mínimo ese riesgo -se puso
de
pie-.
Danny, quiero que me des tu palabra de que las infracciones serán corregidas en
el
curso
de la semana. Haz lo que quieras respecto a eso de decir a Joe quién soy, pero
prométeme
que te encargarás de que lo demás sea corregido.
Él
volvió la mirada hacia otro lado y no contestó.
-Lo
digo muy en serio, Danny. Si todo no está corregido para el viernes próximo,
llamaré
a papá.
-Está
bien, está bien.
-¿Lo
harás?
-Sí.
Del
interior de la casa llegó otro chillido, y ése parecía proceder de Jeremy,
seguido por
la
voz enfadada de Gwen. _____ miró el salvavidas roto que se encontraba junto a
la
piscina
y pensó en la casa, lujosa, pero descuidada, en los niños destructores y en
la
esposa materialista. Danny no era nada feliz, comprendió _____ y sintió un
momento
de
piedad.
Caminó
hacia su hermano y tocó su brazo desnudo.
-Si
hay algo...
Él
levantó la mirada hacia ella y _____ vio en sus ojos el dolor de los sueños
rotos. Por
un
momento pareció ir a decir algo, pero entonces volvió la mirada hacia otro
lado.
-Vuelve
a subir a tu torre de marfil -fue lo que dijo-. La gente como yo se
encargará
de hacer que las cosas sigan siendo muy bonitas para ti, para que tengas
que
preocuparte por nada.
Ella
retrocedió ante la hostilidad de Danny. Siempre se dio cuenta de los celos de
su
hermano,
pero nunca había comprendido la profundidad de ellos. Se quedó de pie en la
semi-oscuridad
del patio iluminado por farolas y se preguntó si algún día podrían ser
amigos,
si había algo que ella pudiera decir que no sonara ridículo, frente al
creciente
abismo que los separaba.
Gwen
gritó por una ventana del piso superior.
-¡Danny,
te necesito aquí arriba!
Danny
levantó la mirada hacia la ventana, pero no movió. Con un suspiro, _____ se dio
la vuelta
y se dirigió hacia la puerta.
En el
recorrido de regreso a su casa, _____ pensó si debía o no llamar a Joe para
decirle
todo. La posibilidad de que él se enterara a través de Danny la preocupaba
enormemente,
pero no estaba segura de que Danny diera ese paso tan vengativo. A
pesar
de sus defectos, Danny nunca había tratado deliberadamente de herirla y no
creía
que fuera capaz de hacerlo ahora.
Le
costaba trabajo aceptar la indiferencia de él respecto a la seguridad de sus
trabajadores,
aunque tenía que admitir que él mismo estaba corriendo un riesgo al
hacerlo.
La única explicación posible era la codicia. Podía culpar de ello a la
influencia de
Gwen
en la conducta de Danny, desde luego, pero no habría sido completamente
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justo,
tampoco. Era un adulto. Él no tenía por qué satisfacer las demandas de Gwen
de
más y mejor de todo. Pero lo había hecho, concluyó _____, y eso quería decir
las
posesiones
llenaban alguna profunda necesidad de Danny, también. ¿La necesidad
de
competir con su inteligente hermanita pequeña, tal vez? _____ se estremeció.
Llegó
a su conjunto residencial, todavía sumida en sus pensamientos, y se metió en su
espacio
de aparcamiento. Cuando bajó y cerró con llave el Corvette, alguien la llamó
por
su
nombre. Levantó la mirada y vio a Mónica que bajaba de su desvencijado
automóvil,
aparcado
junto a la camioneta de _____. Carrie bajó del lado del pasajero.
Asombrada,
pero contenta de verlas, _____ caminó rápidamente hacia ellas.
-¡Qué
sorpresa! -dijo, sonriendo al acercarse a las dos mujeres. ¿Están los niños en
el
coche?
-Los
niños están en casa -declaró Mónica, sin corresponder a la sonrisa de
_____-.
Con Jake.
A la
tarde siguiente, en Suds y Subs, cuando el bar empezó a llenarse con los
trabajadores
del hierro, _____ revisó los pedidos de bebidas, que se sabía ya de
memoria,
y se las llevó a los hombres tan pronto como fueron llegando. Esa noche
tendría
que trabajar más que nunca en su vida. Ante la insistencia de Jake, Mónica
había
dejado el empleo.
_____
deseó que Jake no estuviera entre sus clientes del bar, porque no confiaba en
su
capacidad
para tratarlo con cortesía. Sabía que había sido contratado de nuevo;
aparentemente
había llamado a Danny a su casa y le había pedido reintegrarse al
trabajo.
_____ estaba furiosa en su interior ante la injusticia de la facilidad con que
había
vuelto a su trabajo y a su familia. Después de muchas semanas de abandonar
sus
responsabilidades, era aceptado de nuevo sin la menor protesta.
La
furia dio a _____ energía extra y su habilidad como camarera había mejorado lo
suficiente
como para permitirle manejar los pedidos mejor de lo que ella misma
esperaba.
Para cuando Joe entró, se sentía tensa, pero llena de energía.
Se
enfrentó a su mirada con valor, decidida a no demostrarle ningún temor de lo
que
podría
encontrar en su expresión. Su sonrisa fue tan cariñosa como siempre, y ella se
tranquilizó.
Al menos por hoy, Danny no había revelado su secreto. Llevó a Joe y a
Mando
sus bebidas, al área del billar.
-Supongo
que tienes compañera de apartamento -dijo Joe en voz baja, después de
que
ella le entregó su cerveza.
-Sí -_____
se permitió a sí misma el lujo de detenerse un momento para hablar
con Joe-.
Nadie preguntó dónde estaba Mónica, así que supongo todos saben que la
hizo
renunciar.
-Lo
saben -la boca de Joe se comprimió en una línea dura.
-¿Vendrá
aquí a beber? Realmente no quiero que servirle. Podría arrojarle la
cerveza
a la cara.
-No
vendrá. El niño Danny puede haberlo contratardo de nuevo, pero la mayor
parte
de los muchachos quisiera que no lo hubiera hecho, y ninguno querría beber
con
él. Prefieren tener a Mónica aquí, que a Jake.
_____
frunció el ceño.
-Ella
no debería haber renunciado a su trabajo. Jake podría irse de nuevo.
-Estoy
seguro de que Jake no le dejó otra alternativa.
-¿Cómo?
¿Qué quieres decir con eso?
Joe se
encogió de hombros.
-Muchos
tipos son así. No quieren que sus mujeres trabajen, mucho menos de
camareras
en un bar.
-¡Pero
eso es hipócrita de su parte! -estalló _____. Entonces bajó la voz cuando los
jugadores
de billar levantaron la mirada de la mesa, hacia ella-. Cuando él la dejó, ella
tuvo
que trabajar, o sus hijos y ella misma se hubieran muerto de hambre --dijo _____,
tensa
de furia-. Si se va de nuevo, ella tendrá que buscar otro trabajo.
-Supongo
que él piensa que no se va a volver a ir.
-¿No
lo estarás defendiendo, verdad?
-No -Joe
dio un trago de cerveza y la miró-. Jake es el peor ejemplo de la actitud
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machista
que encontrarás por aquí; pero tengo muchos amigos en este oficio que piensan
como
él. Ellos no abandonan a sus esposas a capricho, como hace él, pero les gusta
mantener
el control de su casa.
_____
observó su expresión.
-Yo
no podría vivir así.
-Lo
sé.
Ella
titubeó.
-¿Tú
crees?
-Lo
sé ahora, porque te conozco.
_____
dejó escapar la respiración que había estado conteniendo.
-Será
mejor que vuelva al trabajo. Echo de menos a Mónica, en más de una forma.
-Sí
-él acercó la cabeza un poco al oído de ella-. Supongo que iremos a mi
apartamento
este fin de semana -dijo en voz muy baja.
Ella
lo miró a los ojos.
-Supongo
que sí. A menos que quieras ir cuando Carie no está.
Joe negó
con la cabeza.
-Siento
mucho esta inconveniencia –añadió _____ y a modo de disculpa.
Joe sonrió.
-No
hay problema. De cualquier modo, tú no tienes suficientes almohadas.
Un
leve calorcillo se precipitó por el interior de ella.
-Ten
cuidado, alguien podría oírte.
-Quisiera
gritarlo desde los tejados -dijo, aun que mantuvo su voz en un susurro.
_____
le sonrió con incertidumbre.
-Muy
pronto -aseguró, y se preguntó si él se seguiría sintiendo así cuando sus
padres
volvieran y descubriera quién era ella.
Esa
noche y la siguiente en el bar fueron agotadoras para _____. Ella se preguntó
cómo
podría
continuar tomando notas para su estudio mientras servía el bar, lleno de gente,
en
lugar de hacerlo a la mitad. Además, _____ se preguntaba si Danny estaría
haciendo
las cosas que ella le había pedido el domingo que hiciera.
También
se preguntaba si en el proceso, Danny no perdería los estribos y diría todo a Joe.
En
las noches del martes y el miércoles, la actitud de Joe hacia ella no cambió.
Hasta le
mencionó
que estaba trabajando en el libro. _____ empezó a aferrarse a la esperanza de
que
su hermano no la traicionaría, después de todo.
Aproximadamente
a las diez de la noche del miércoles, mucho tiempo después de que
Joe se
hubiera ido a su casa para escribir, _____ se dirigió a la bodega para
descansar
unos
momentos. Se detuvo de forma repentina en la puerta, cuando vio a Mónica,
desarreglada
y con los ojos enrojecidos, sentada a la mesa, con una bolsa delante de ella.
-Dios
mío, ¿qué te pasa? -exclamó, corriendo hacia su amiga.
-Todo
lo malo del mundo -dijo Mónica. Le tembló el labio inferior al quitarse el
cigarrillo
de la boca. Luego suspiró y puso tensa la mandíbula-. Ese bastardo. Lo siento,
_____.
Estropeó algunos de tus libros. Te los he traído, pero algunos están rotos. Yo
te los
pagaré,
pero tal vez no puedas comprar... -sus ojos se llenaron de lágrimas y se dio la
vuelta
para
dar otra calada furiosa a su cigarro-. ¡Maldito bastardo!
_____
se sentó en la silla que había cerca de Mónica.
-Los
libros no importan -dijo, poniendo la mano en el brazo de Mónica-. Estoy
más
preocupada por ti que por esos libros. ¿Qué sucedió?
El
rostro de Mónica adquirió una fiereza que _____ nunca había visto en él.
-Dijo
que no quería que siguiera estudiando y yo le dije que se fuera al diablo -la
mano
vacía
de Mónica se cerró en un puño apretado-. Entonces empezó a romper tus libros.
Yo
sólo tenía tres afuera... los otros estaban guardados. Traté de quitárselos,
pero rompió
el
libro de lectura, y el de gramática
-Eso
no importa -dijo _____ con urgencia-. Los reemplazaremos. ¿Te encuentras
bien
tú?
-Sí
-los ojos de Mónica estaban brillantes de furia helada-. No puedo luchar con
él
físicamente, así que procuré alejarme de él, hasta que se calmó y bebió más
cervezas.
Cuando
se quedó dormido en la silla, cogí todos los libros, incluso los trozos de los
que
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había
roto, y vine aquí -hizo una mueca-. Sentí deseos de romperle la cabeza
mientras
dormía.
_____
se estremeció.
-Me
alegro de que no lo hicieras.
-Tenía
que pensar en los niños -el tono de Mónica se volvió desapasionado, una vez
que
terminó de relatar el daño hecho a los libros-. Voy a divorciarme de él.
-Oh,
Mónica -_____ sintió un escalofrío al comprender la parte que había tenido en
esa
peligrosa
decisión-. Jake podría hacerte daño.
La
sonrisa de Mónica fue muy leve.
-No,
no lo hará. No soy tonta. Voy a esperar hasta que se vaya a trabajar
mañana.
Entonces cambiaré la cerradura del apartamento. Si empieza a molestar, llamaré
a la
policía.
-No
puedo creer que estés diciendo esto. Tú siempre...
Mónica
miró a _____, como si ésta tuviera algún problema mental.
-Él
rompió tus libros -explicó con paciencia-. Cuando hizo eso, algo estalló en mí.
Finalmente
comprendí que él no me quiere, que no me ha querido nunca. Sólo que
tenía
la cabeza demasiado dura para comprenderlo. Soy una tonta.
No,
Mónica, tú no tienes la cabeza dura ni eres ninguna tonta.
Mónica
aplastó lo que quedaba de su cigarrillo y miro a _____ con expresión pensativa.
-Tienes
razón -dijo por fin-. No lo soy, y estoy harta de que ese tipo me esté diciendo
que lo
soy.
-Yo
sigo teniendo miedo por ti.
-Puedo
manejar las cosas -Mónica miró en dirección al bar-. No olvides que he
hecho
muchos amigos ahí afuera, son tipos que hablan muy bien el lenguaje de
Jake.
Una vez que sepa cómo son las cosas, no intentará nada en mi contra.
_____
pensó en los rudos trabajadores del hierro, hombres como Mando, Smiley, Al
y
Rooster. Hasta el propio Joe podía volverse rudo con alguien que amenazara a
Mónica,
reconoció _____.
-Tal
vez tengas razón.
-Voy
al tocador, a peinarme y a ponerme un poco más presentable -anunció
Mónica,
poniéndose de pie-. Luego voy a pedir a Bailey que me acepte de nuevo;
esto
es, si no te importa perder algunas propinas.
-¿Bromeas?
-_____ se levantó y la abrazó-. Me estaba volviendo loca, sin ti
por
aquí. Pero, ¿estás segura de que es este trabajo lo que quieres?
-Por
ahora sí -contestó Mónica, cogiendo el bolso. Miró con tristeza la bolsa que
había
puesto en la mesa y que contenía los libros.
-Puedes
llevártelos, ¿sabes?
-Pero
yo te dije que los cuidaría, que no les pasaría nada, y están rotos.
-Eso
no es culpa tuya. Escúchame, quiero seguir preparándote para los exámenes,
si tú
lo deseas.
Mónica
la miró con ansiedad.
-Dios
mío, claro que quiero. Lo deseo más que nunca. Me encantó estudiar. Por
eso
me enfurecí tanto cuando Jake me dijo que dejara de hacerlo.
-Por
eso te dijo que dejaras de hacerlo. Él no quería que progresaras. Sabía lo
que
sucedería.
-Sí,
me doy cuenta de eso ahora. Y como padre, no valía mucho tampoco, ¿sabes?
Ni
una vez les trajo a los niños un camión, o algo, como hiciste tú.
-Hablando
de los niños, si Bailey te readmite, ¿no correrán peligro ellos, y Carrie
supongo,
cuando los dejes por la noche?
El
brillo alegre volvió brevemente a los ojos de Mónica.
-A
Rambo no le gusta Jake. Pudo romper los libros porque ató al perro afuera.
-¿Quieres
decir que Rambo mordería a Jake? -_____ recordó al perro como un
animal
cariñoso y bueno; sin embargo, no le habría gustado nada ver a Rambo
enfadado
con ella, decidió.
-Si
yo doy la señal, o lo hace Carrie, Rambo hará pedazos a Jake -dijo Mónica-.
Y
Jake lo sabe también. Quería deshacerse de Rambo en cuanto llegó a casa,
pero
los niños lloraron tanto, que ni siquiera Jake, con todo lo malo que es, se
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atrevió
a hacerlo. Sin embargo, dijo que Rambo tendría que estar siempre afuera.
Creo
que planeó dejarlo suelto uno de estos días, con la esperanza de que se fuera.
-¿Dónde
está Rambo ahora?
Mónica
le dirigió su sonrisa cariñosa.
-En
mi coche. Va a estar dentro de la casa, a partir de ahora.
-Bueno
-_____ sonrió también-. ¿Qué vas a hacer esta noche? ¿Piensas volver
allí?
-Desde
luego. Una vez que Jake se queda dormido en la silla, no se mueve en toda
la
noche. Y por las mañanas casi no habla. Se irá directo al trabajo. Cuando se
haya
ido,
llamaré al cerrajero.
-Parece
que lo tienes todo bien planeado -dijo _____, todavía asombrada de la
fría
seguridad de Mónica.
-Así
es.
-Si
te preocupa volver a tu casa, puedes quedarte conmigo esta noche.
-Gracias,
pero no me pasará nada. A estas alturas ya conozco a ese tipo bastante
bien,
desgraciadamente. Es rutinario en todo lo que hace.
-Prométeme
que me llamarás por la mañana, para decirme que estás bien -
dijo _____,
con la esperanza de que Mónica supiera lo que estaba haciendo.
-Te
llamaré. Y dile a Carrie que empaque sus cosas si quiere volver. Por
supuesto,
a ella probablemente no le gustará dejar el Ritz.
_____
movió la cabeza.
-No,
ella se pondrá feliz. Hemos hablado poco, pero cuando lo hemos hecho,
siempre
me dice cuánto echa de menos a los niños.
-Y
ésa es otra cosa -dijo Mónica, deteniéndose camino al cuarto de baño-. Los
niños
no parecen nada contentos de tener a su padre en vez de a Carrie. No
había
querido reconocerlo, pero no lo quieren nada.
-Es
evidente que él no les ha dado motivos para quererlo.
-Bueno
-Mónica suspiró y cuadró los hombros-. Tuvo su oportunidad y la
perdió.
-Así
es. Sé firme.
-Tengo
que serlo.
Mónica
salió de la bodega y _____ consultó su reloj con rapidez antes de volver al
trabajo.
Si no tenía cuidado, Bailey contrataría de nuevo a Mónica y la despediría a
ella
por
tomar un descanso demasiado largo.